LOS ORÍGENES DE ROMA

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Eneas, que era un héroe menor troyano en las epopeyas griegas de homero, fue una figura muy significativa en la mitología latina. Eneas fue venerado como fundador mítico de Roma desde, cuando menos, el siglo III a. C, pero es en el monumental poema épico de Virgilio, la Eneida, donde este relato sobre los orígenes nacionales recibe su tratamiento más celebrado. Escrita en el siglo l a. C, la Eneida narra la huida de Eneas de Troya, su viaje por el Mediterráneo hasta Italia y su lucha con Turno para poder pedir en matrimonio a la princesa del reino italiano del Lacio. En una visita al inframundo, a Eneas le muestran la ciudad que más tarde fundaría, la futura grandeza de Roma y las almas de célebres romanos del futuro que, sin embargo, todavía habían de nacer.

El poema concluye con la derrota de Turno, si bien otra versión del mito explica que el hijo de Eneas fundó Alba Longa. Esta versión hizo compatibles este relato con el mito de la fundación de Roma por Rómulo, que descendía de la realeza de Alba Longa. Por su fletas (la devoción al deber), Eneas fue un paradigma de los valores morales romanos; por ello, el emperador Augusto afirmaba ser su descendiente.

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