EL HORNO DE BIRRINYDJI

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En el mito de Birrinydji hay detalles interesantes sobre el enfrentamiento entre la cultura de los aborígenes y otras ajenas que demuestran la creatividad y flexibilidad de la mitología aborigen como modo de conocimiento. Es posible que los malcasares hubieran fabricado hierro en la costa de Tierra de Arnhem y es probable que los aborígenes locales lo vieran e incluso hubieran participado en su producción. Los numerosos aborígenes que viajaron a Makasar durante los 200 años del comercio de trepang también debieron de ver sin duda esta industria.

En 1988, 80 años tras el final de la era makasar, el yolngu David Burrumarra propuso la idea de que la minería en su tierra de Dholtji ayudaría a restaurar el bienestar y el estatus entre los aborígenes, un bienestar que había sido usurpado inicial-mente por los mismos comerciantes makasares y luego por los colonos europeos. Burrumarra aseguró que la minería formaba parte de la historia aborigen y era un camino hacia la mejora de la vida de sus gentes. Burrumarra decía que, desde los Tiempos del Sueño, los afloramientos costeros de hematites habían sido transformados en herramientas de hierro por los yolngu que trabajaban bajo la guía de Birrinydji, un personaje de los Tiempos del Sueño. Burrumarra espera el retorno de esta "época dorada". Esta historia parece tener mucho en común con los "cultos cargo" que han florecido en Melanesia desde la llegada de los europeos.

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