HERACLES, EL SUPERHÉROE

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Heracles, a quien los romanos llamaban Hércules, fue el mayor de los héroes griegos. Era una de las más antiguas figuras mitológicas representadas en el arte griego (ya desde el siglo VIII a. C.) y el único héroe al que se veneraba en toda Grecia. Ejemplificaba el problema que los héroes presentaban a los griegos de época clásica: era un individuo notable, cuyo carácter extremo era por una parte fuente de admiración, si bien por otra propendía a la destrucción y la deshonra.

Entre sus espectaculares logros se cuentan los doce trabajos, supervisados por el rey Euristeo como castigo por haber matado a su familia en un arrebato de locura, inducido por Hera, celosa de la relación amorosa entre Zeus y la madre de Heracles, Alcmene. Menos gloriosa era la fama de su lujuria incontrolable (el mito cuenta que en una sola noche se acostó con las 50 hijas del rey Tespios), su propensión a la bebida y su gula. Fue la lujuria lo que lo condujo a la muerte. Apenada por la pasión de Heracles por Yole, su esposa Deianeira intentó recobrar su amor con una poción que resultó ser venenosa. El moribundo Heracles fue colocado sobre una pira funeral, pero, cuando las llamas empezaban a rozarlo, su padre Zeus lo arrebató y lo llevó al cielo, donde fue el único héroe al que se le concedió la inmortalidad.

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