LA VILA

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Espíritu de los caminos, la vila era semejante a la rusalka o ninfa de las aguas, mujer eternamente joven y encantadora con largas y hermosas trenzas.

Solía ser una muchacha que había muerto sin bautizar (creencia cristiana) o que había sido rechazada por su prometido, o sencillamente que era "coqueta" y cuya alma vagaba entre el cielo y la tierra.

Se aparecía normalmente por la noche para cantar y bailar, causando la muerte de cualquier ser humano que la viera.

LA VILA

Al igual que la rusalka, la vila es una mujer eternamente joven y bella de cabellera larga y rubia. También se la asocia con el alma de los difuntos: muchachas muertas sin bautizar (creencia búlgara) o chicas frívolas cuyas almas flotan entre el cielo y la tierra (creencia polaca).

La vila mantiene una relación estrecha y en ocasiones amistosa con la humanidad. En los países eslavos del sur es la figura mítica más conocida, que asimila rasgos de otros espíritus de identidad distinta en otras regiones.

La vila aparece con frecuencia en los cantos épicos de los eslavos del sur. En uno de ellos, el héroe Marko espía a un grupo de estos seres que baila, envía a su halcón a que se apodere de las alas y el tocado de Nadanojla, su jefa, y regresa a su casa perseguido por la vila.

Se casa con ella haciendo creer que se trata de una pastora, pero un día alardea de tener una vila por esposa y ella coge sus alas y escapa. Sólo después de que Marko vuelve a capturarla acepta su papel de esposa.

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