ESPÍRITUS DE LAS GRANJAS

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Todas las dependencias de las granjas tenían sus propios espíritus. El espíritu del corral era el Dvorovoi, responsable de la zona en torno a la casa. Había que presentarle a los animales comprados o recién nacidos y era importante criar solamente animales del color que se suponía le gustaba. Por lo general era invisible, si bien quienes podían echarle un vistazo decían que era un viejo de barba gris completamente cubierto de pelo. El reino del Dvorovoi era el aire libre. Cuando se hallaba en el interior de las dependencias de la granja cedía sus obligaciones de guardián a los espíritus correspondientes.

El granero tenía su Ovinnik, que era un personaje malhumorado e incluso peligroso. Había que ser prudente, pues de lo contrario podía hacer que tropezaras o te hirieras con las herramientas de la trilla. Mucho más alegre era el Bannik, espíritu de la casa de baños, aunque también le gustaba gastar bromas pesadas a los visitantes, especialmente cuando acudían a la casa de baños con propósitos de adivinación. Las mujeres jóvenes, por ejemplo, en ocasiones acudían a él para adivinar quiénes serían sus futuros esposos. Si dejaban un peine, posteriormente éste contendría un cabello de su futuro marido (aunque cabía la posibilidad que el Bannik pusiera un pelo de caballo).

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