LA MUERTE DE BALDER

Página índice

Página anterior

Balder sonó que su vida corría un peligro mortal, lo que preocupaba mucho a los aesir. Su madre, Frigg, ideó un plan para salvarle. Consiguió que todos le jurasen no hacer daño a Balder: el fuego, el agua, los animales, los pájaros, las serpientes, las plantas, las piedras, los árboles, la tierra, los metales, las enfermedades y los venenos.

A los Aesir les divertía mucho poner a Balder de pie y que los demás dioses le lanzaran objetos y armas, pues nada podía hacerle daño. Loki al ver esto se convirtió en mujer y fue a visitar a Frigg. Dijo a Frigg que todos los Aesir estaban disparando contra Balder pero que a éste nada le hería. Frigg repuso:

-Ni las armas ni la madera dañarán a Balder, todas ellas me lo han jurado.

-¿Todas y cada una de las cosas han jurado no dañar a Balder? -preguntó Loki. Frigg contestó que una planta, el muérdago, le había parecido demasiado joven para prestar juramento.

Entonces Loki encontró al muérdago y lo arrancó. Se acercó al dios ciego Hod, que estaba solo, y le preguntó por qué él no arrojaba cosas a Balder.

-Porque no puedo ver dónde está -replicó Hod-, y además no tengo arma.

-Te ayudaré a honrar a Balder -dijo Loki-. Te mostraré dónde está y podrás lanzarle este bastón.

Hod tomó el muérdago y lo lanzó dirigido por Loki. La vara atravesó a Balder, que cayó muerto. Cuando vieron caer a Balder todos los Aesir se quedaron sin habla. Sólo podían llorar. Finalmente Frigg habló. Preguntó quién entre los dioses cabalgaría hasta Hel, el mundo subterráneo, para encontrar a Balder y ofrecer una recompensa a su guardián para que permitiese a Balder volver a Asgar. El hermano de Balder, Hermod, se ofreció voluntario. Le proporcionaron el caballo de Odín, Sleipnir, y Hermod partió al galope.

Hermod cabalgó hasta llegar a las puertas de Hel, donde vio a Balder en el puesto de honor. Hermod pidió a Hel que permitiera a Balder volver a Asgard, describiéndole los grandes lloros de los Aesir. Hel dijo que tenía que poner a prueba la fuerza del afecto por Balder antes de liberarlo:

-Si todas las cosas del mundo lloran por Balder le dejaré marchar, pero si algún objeto se resiste a llorar, me lo quedaré.

Los Aesir enviaron mensajeros a todo el mundo pidiendo que Balder fuera llorado. Y así lo hicieron todos, personas y animales, la tierra, las piedras, los árboles y todos los metales.

En su camino de vuelta los mensajeros se cruzaron con una giganta llamada Thokk. Le pidieron que llorase por Balder, mas ella se negó diciendo:

-Thokk llorará por Balder lágrimas secas. Que Hel se quede con lo que tiene.

De modo que Balder no fue liberado. Era una creencia general que Thokk era Loki disfrazado.

Página siguiente