FUENTES CELTAS

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Los celtas paganos no dejaron documentos escritos. Sus leyes, tradiciones y creencias religiosas eran de transmisión oral. En consecuencia nuestro conocimiento de su cultura se basa en los testimonios de observadores de la Grecia y la Roma clásicas, en restos arqueológicos y en textos irlandeses y galeses posteriores.

Inicialmente los antiguos no comprendían las costumbres de los celtas, y posteriormente necesitaron excusas para conquistarlos y "civilizarlos". Por ello no es de fiar el retrato que hicieron de ellos como bárbaros temibles e indisciplinados que buscaban la gloria en la guerra y se entregaban a ritos desagradables. En cualquier caso, la arqueología ha confirmado algunas de sus observaciones.

Además la arqueología ha descubierto, a partir de artefactos e inscripciones romano-celtas, muchas cosas sobre la vida celta que los clásicos no mencionaban. Dichos descubrimientos muestran que los celtas eran un pueblo inteligente, complejo y opulento cuyo arte y habilidades técnicas no tenían parangón en la Europa prehistórica.

Los textos irlandeses y galeses se redactaron mucho más tarde, en asentamientos cristianos posteriores al mundo romano, y sólo se refieren a regiones geográficas periféricas respecto de la Europa céltica prerromana. Por ello su lectura se limita a contribuir a que nos hagamos una idea fidedigna de la mitología de los celtas paganos. De todos modos, estos textos son por sí mismos de gran interés y nos proporcionan valiosas informaciones, especialmente en lo referente a las tradiciones mitológicas que inspirarían la gran literatura artúrica de la Europa medieval.

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