Etana

Este mito sólo es conocido parcialmente; los textos presentan grandes lagunas y el final se ha perdido.

Un prólogo expone que, si bien la ciudad de Kish ha sido fundada, todavía carece de rey. El siguiente episodio conservado se refiere a un árbol habitado por una serpiente y un águila. Estas deciden superar su desconfianza mutua, jurarse solemnemente amistad ante el dios solar Shamash y convertirse en amigas que compartirán la comida. Todo va bien hasta que un día el águila infringe el juramento y devora a una cría de la serpiente, que clama venganza ante Shamash.

El dios sacrifica a un toro y le dice a la serpiente que se oculte dentro del cuerpo del animal. Cuando el águila se posa, ávida, sobre el cadáver del animal para comer sus intestinos, la serpiente la golpea, le arranca de cuajo las plumas y la lanza a un hoyo. Mientras, en Kish el rey Etana aún no tiene heredero. Reza a Shamash y le implora que le muestre la Planta del Parto, y el dios le habla de un águila presa que le ayudará. Etana parte en busca del animal y encuentra al águila languideciendo en el hoyo. Alimenta a la criatura durante siete meses, hasta que le vuelven a crecer las plumas. Cuando el águila le ofrece una

recompensa, Etana menciona la Planta del Parto. Como ésta no se halla en ninguna parte de la tierra, vuelan al cielo juntos para consultar a Ishtar, diosa de la procreación. En el primer intento, Etana cae del lomo del águila, pero tras un sueño de buen augurio, lo vuelven a intentar y probablemente tienen éxito (el texto se interrumpe en ese punto).

Etana

El mito acadio de Etana refleja el papel clave de la monarquía en la sociedad mesopotámica.

En la lista de reyes sumerios, Etana aparece como soberano de Kish,un pastor que ascendió a los cielos. Los dioses le encomiendan la tarea de llevar a la humanidad las bendiciones de la monarquía; pero no tiene un hijo para continuar la dinastía (la misma situación de Keret en el mito ugarítico) y sabe que la única solución consiste en subir al cielo para que Istar, señora del nacimiento, le dé la planta de la vida. Aconsejado por Shamash, dios del sol, se procura la ayuda de un águila a la que rescata de una sima donde fue condenada el ave por haber traicionado a su amiga la serpiente, y el águila lleva a Etana sobre la espalda, en un vuelo espectacular.

En este punto se termina el texto, pero como la lista de reyes sumerios consigna el nombre del hijo y heredero de Etana, seguramente coronó con éxito su búsqueda de la planta del nacimiento.