MITOS VIVIENTES EN LA ISLA DE GOODENOUGH

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Los kaluana de la isla de Goodenough, en Papúa Nueva Guinea, tienen un tipo de mitos, los neineya, que contienen sus fórmulas mágicas más importantes, necesarias para controlar las condiciones atmosféricas, la fertilidad agrícola, las técnicas hortícolas y la supresión del hambre. Los relatos neineya sólo pueden contarse en público si el narrador omite los nombres y conjuros secretos y otros datos de significado mágico.

Tales mitos son propiedad de individuos, los magos más destacados de los diversos clanes, que los transmiten a sus herederos. Estos hombres, los toitave-alata («los que cuidan la aldea») adoptan la personalidad de los personajes míticos y se sirven de la hechicería para fomentar el bienestar de la comunidad y también para atacar a sus enemigos, invocando la magia negra de la gula (tufo'a) y a la hambruna (loka).

Se atribuye el origen de tales males a una deidad serpentina mítica llamada Honoyera, que enviaba a sus dos esposas a trabajar todos los días y, en su ausencia, se desprendía de su piel y se transformaba en un apuesto joven. Una de las esposas descubrió su secreto, destruyó su piel de serpiente y, en venganza, la deidad envió a la humanidad la sequía, el hambre y la muerte.

El canibalismo

Los intercambios abutu, en los que los nativos de la isla de Goodenough compiten entre sí por presentar las mayores ofrendas hortícolas, comenzaron como ritual para satisfacer el apetito de Malaveyoyo, voraz caníbal que, según la leyenda, asolaba el interior de la isla. Los nativos creían que si le daban suficientes productos vegetales no necesitaría devorar humanos. El canibalismo aparece en la mitología de toda Oceanía, caracterizado por una fuerte hostilidad intersexual.

Muchos relatos de Papúa Nueva Guinea giran en torno al héroe que persigue a una mujer o un animal hasta una región despoblada y descubre que se encuentra en tierra de caníbales, y sus tentativas, normalmente coronadas por el éxito, de librarse de sus garras constituyen el núcleo de tales narraciones. En Polinesia circulan numerosos mitos sobre mujeres caníbales de Tahití y las islas Chathan, al este de Nueva Zelanda.

Un mito tahitiano narra la historia de la antepasada «Roña dientes largos», cuya hija, Hiña, era una hermosa joven que se enamoró de un hombre llamado Monoi. Roña lo apresó y se lo comió, pero Hiña pidió ayuda a No'ahuruhuru, el «jefe velludo», para acabar con aquella caníbal insaciable.

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