División del trabajo

El Mulá era el único pasajero de un barco que soportaba un violento tifón. Después de haber hecho todo lo posible para salvar el barco, el capitán y los tripulantes se arrodillaron y comenzaron a rezar para salvarse.

Nasrudín se mantuvo impasible.

El capitán abrió sus ojos y al observar al Mulá allí. parado, se puso de pie y gritó:

Arrodíllese! Usted, un hombre devoto, debería unirse a nuestras oraciones.

Nasrudín no se movió. —Sólo soy un pasajero. Todo lo concerniente a la seguridad del barco, es asunto suyo y no mío.