Atrapado

El Rey envió una misión privada al interior del país para encontrar a un hombre modesto que pudiera ser nombrado juez. Nasrudín tuvo noticias de ello.

Cuando los delegados, haciéndose pasar por viajeros, lo visitaron, observaron que tenía una red de pescar sobre sus hombros.

—¿ Por qué —.preguntó uno de ellos— lleva usted esa red?

—Simplemente para recordar mi humilde origen, pues en una época fui pescador.

Nasrudín fue nombrado juez, debido a este noble sentimiento.

Un día, de visita en su corte, uno de los funcionarios que lo había visto en aquella ocasión, le preguntó:

—Qué sucedió con su red, Nasrudín?

—Por cierto que no se necesita red —dijo el Juez Mulá— una vez que el pez ha sido atrapado.