ECO Y NARCISO

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Uno de los relatos trágicos de transformación contados en las metamorfosis de ovidio es el de eco y narciso. Eco era una Ninfa cuya incesante cháchara distraía los esfuerzos de la diosa Hera para poder descubrir a Zeus en adulterio. Como castigo, Hera privó a Eco de la capacidad normal de hablar y sólo le permitió remedar vagamente las palabras de otros.

Eco se enamoró de Narciso, hijo de Cefiso, dios del río, y la ninfa Leirope. Narciso era célebre por su hermoso aspecto, pero también era engreído y duro de corazón. No correspondió con su amor a Eco, y la pobre Ninfa lo seguía e iba repitiendo el final de sus frases, hasta que se fue consumiendo de pena, dejando únicamente su voz repetida.

Algunos dicen que Eco maldijo a Narciso; otros, que él rechazó a muchas otras amantes, por lo que la diosa Artemisa decidió castigarlo. Un día, cruzaba un estanque con agua y se percató de su reflejo en la superficie trémula. Hechizado, se enamoró de su propia imagen y, al no verse correspondido, Narciso languideció y murió. Cuando estaba a punto de morir, fue transformado en la flor del narciso.

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