LA TRAGEDIA DE EDIPO

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La versión más celebrada del mito de Edipo es la dramatizada por la obra de Sófocles Edipo rey. Presenta a un hombre en el curso de un notable viaje de autodes-cubrimiento.

El oráculo de Delfos profetizó que el hijo del rey layo y la reina Yocasta de Tebas crecería para matar a su padre y acostarse con su madre. Por ello, cuando la pareja real tuvo un niño, lo abandonaron para que muriese en la falda de una montaña. Al hacerlo, le horadaron los pies y se los ataron. Lo encontró un pastor y se lo llevó a Corinto, donde fue adoptado por el rey y la reina, Pólibo y Mérope. Al muchacho lo llamaron Edipo, que significa "pie hinchado".

Siendo joven, un extranjero se burló de Edipo diciéndole que no era hijo de Pólibo. Desconcertado, Edipo consultó el oráculo de Delfos, que le expuso que mataría a su padre y se casaría con su madre. Entendiendo que la profecía se refería a Pólibo y Mérope, Edipo abandonó de inmediato Corinto. De camino a Tebas, se enzarzó en una discusión con un extranjero que lo insultó. Enfurecido, Edipo mató al hombre, y con ello cumplió la primera parte de la profecía, ya que aquel hombre era Layo.

En ese tiempo, en Tebas sembraba el terror la Esfinge, un monstruo con cabeza de mujer y cuerpo de león que había llegado de Egipto. Esta planteaba el siguiente acertijo: "¿Qué es lo que camina a cuatro patas por la mañana, a dos por la tarde y a tres por la noche?". Y estrangulaba y devoraba a quien no supiese la respuesta; Tebas estaba, por tanto, llena de víctimas. Edipo contestó correctamente que era el Hombre, que primero gatea, después camina y en su vejez usa un bastón como tercera pierna. Enfurecida, la Esfinge se arrojó desde una roca y se hizo pedazos al estrellarse. Tebas se regocija y nombra rey a Edipo. Este se casa con la reina Yocasta, que acaba de enviudar, y da así cumplimiento a la segunda parte de la profecía.

Pasado algún tiempo, la ciudad se ve golpeada por plagas, sequías y hambrunas. El oráculo de Delfos avisó que hasta que el asesino de Layo no fuese expulsado no concluiría el periodo de crisis.

Edipo hizo una minuciosa indagación y pronto averiguó a terrible verdad de boca del profeta ciego Tiresias y del pastor que lo había salvado cuando era niño. Yocasta se ahorcó y Edipo, después de enterarse de esta espantosa verdad, se vació los ojos y abandonó Tebas.

A Las pinturas de este jarrón griego muestran una procesión con una ofrenda en honor del oráculo de Delfos.

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