DIOSES NACIDOS DEL SUELO

Página índice

Página anterior

Considerando LOS MUY diferentes relatos sobre el nacimiento de la humanidad, lo más importante tal vez sea la idea del nacimiento a partir de la propia tierra -la autoctonía-. Zeus, enojado con la humanidad, lanza un diluvio para destruirla. Prometeo consigue advertir de ello a su hijo Deucalión y a la esposa de éste, Pirra, que sobreviven construyendo un arca. Cuando las aguas se retiran, realizan sacrificios a Zeus, que envía a la titán Temis para que los ayude. Ésta les indica que caminen lanzando piedras por encima de sus hombros. Las piedras lanzadas por Deucalión se convierten en hombres y las que lanza Pirra en mujeres. La raza humana resurge así a partir de la tierra.

Los mitos de autoctonía fueron especialmente importantes pata los atenienses, que recalcaban su procedencia de la tierra para mostrar su superioridad sobre otros griegos y "bárbaros", que -según ellos- no habían mantenido esa especial relación con el país. En la obra de Eurípides, Erecteus, esposa del rey de Atenas, habla así sobre su pueblo: "Nuestro pueblo no llegó de ninguna otra parte; nacimos de la tierra. Otras ciudades, fundadas al azar de una tirada de dados, son importación de otras ciudades. Todo aquel que habita en una ciudad que procede de otra, como una bisagra mal encajada en la madera, es un ciudadano nominal, pero no lo es de verdad" (fragmento 50).

Página siguiente