LA CREACIÓN

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Al principio existía ginnungagap, un lugar vacío. Al sur de éste se hallaba el ardiente Muspell, y al norte el frígido Niflheim. Del corazón de Niflheim brotaron once ríos cuyas aguas venenosas se congelaron. El vapor que surgía del veneno se acumulaba en capas de escarcha, y capa a capa el hielo se fue expandiendo hasta alcanzar Ginnungagap.

La parte de Ginnungagap orientada hacia Niflheim estaba llena de escarcha y hielo, mientras que la parte sur se encontraba caldeada por un cálido viento procedente de Muspell. Cuando el hielo se encontró con el vapor surgieron de su fusión los primeros signos de vida.

Las gotas del deshielo dieron forma a un enorme gigante, Ymir. Tres dioses -Odín, Vili y Ve- mataron a Ymir; de su cuerpo crearon el mundo. Transportado al centro de Ginnungagap, de su carne crearon la tierra y de sus huesos las rocas. Su sangre formó los lagos y el mar. Con la calavera de Ymir hicieron el cielo, que pusieron sobre la tierra, situando en cada esquina a uno de los cuatro enanos: Nordri, Sudri, Austri y Vestri. De los cabellos de Ymir los dioses hicieron plantas y árboles y esparcieron sus sesos por el cielo para dar forma a las nubes.

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