EL COLLAR DE LOS BRISING

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La leyenda de cómo obtuvo la diosa freyja su célebre y magnífico collar de oro, el collar de los brising, muestra el aspecto apasionado y libidinoso de su naturaleza.

Un día Freyja se encontró con cuatro enanos. Estaban elaborando un objeto de oro, ocupación frecuente en ellos, pues los enanos tenían fama por su habilidad de orífices. Lo que hacían era un exquisito collar, el más bello que había visto Freyja. Inmediatamente Freyja codició la magnífica joya. Sin duda sólo su propia garganta era digna de llevar tan bello adorno. Dijo a los enanos que quería tener el collar y les ofreció comprárselo; mas ellos se negaron a vender. Freyja les ofreció grandes cantidades de oro y de plata, pero ellos seguían sin querer deshacerse del collar.

A Freyja el deseo de poseerlo la consumía. Ofreció más y más cosas de valor, pero a los enanos no les interesaba... Hasta que finalmente dijeron cuál era el precio:

-Ya tenemos todo lo que queremos. Lo único que deseamos, Freyja, es a ti. Si aceptas pasar una noche con cada uno de nosotros, te daremos cada uno nuestra parte del collar.

Freyja quedó horrorizada. Miró a los cuatro enanos, feos y deformes, y no le agradaron; pero el deseo de poseer el collar era como un fuego ardiente. Cuatro noches no le parecían un precio excesivo por poseer el collar para siempre; y además nadie lo sabría. De modo que aceptó el trato de los enanos.

Freyja se quedó cuatro noches con los enanos y cada uno tuvo su oportunidad. Después de haber cumplido ella su parte del trato, los enanos le dieron el collar. Entonces Freyja se fue a su casa como si no hubiera pasado nada y este collar se convirtió en una de sus más preciadas posesiones.

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