LOS CELTAS EN LA HISTORIA

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Las raíces célticas proceden de la cultura de hallstatt, extendida por europa central entre los siglos xiii y v a. C. Este nombre procede del lugar llamado Hallstatt, en Austria, donde se hicieron importantes descubrimientos de objetos que datan de dicho periodo. En el siglo V a. C. sucedieron a los principados de Hallstatt las opulentas sociedades guerreras de habla celta procedentes del norte, que desarrollaron la cultura material llamada de La Téne, punto culminante de la cultura celta.

Hacia 400 a. C. los celtas empezaron a extenderse al sur de los Alpes para instalarse en el norte de Italia. Otros se dirigieron al este a lo largo del Danubio, desde donde un siglo más tarde invadieron Grecia y Asia Menor. Pero hacia finales del siglo III a. C. cambiaron las tornas, al hacerse más fuerte la resistencia de los romanos en el sur, de los germanos en el norte y de los dacios en el este. Durante los dos siglos siguientes los romanos conquistaron plazas fortificadas celtas, de modo que en el siglo I d. C. sólo Irlanda y algunas partes de Gran Bretaña seguían siendo verdaderamente celtas.

Los celtas, incluidos los del margen céltico, adoptaron el cristianismo en tiempo de los romanos. Tras la caída de Roma en el siglo V d. C, los antiguos territorios celtas quedaron bajo el poder germánico. De todos modos, en Irlanda y en algunas partes de Gran Bretaña entre los siglos VI y VIII se produjo un resurgir de la cultura celta.

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