Baco

Nombre latino de Dionisios (véase Dionisios).

BACO

Baco deriva del sánscrito baksha, devorar, por ser Baco el símbolo del fuego que devora los sacrificios. En Grecia se le adoró con el nombre de Dionisios, ¿Quiénes fueron los padres de Baco? Los mitólogos, basándose en distintas leyendas, le hacen nacer de: Júpiter y Proserpina, o de Ammón y de Amaltea, o de Júpiter y Argea (la brillante, la blanca). Baco fue hijo de Júpiter y Semele.

Juno, celosa de la sustitución, aconsejó a Semele que rogara al padre de los dioses que se le representara en todo su poder.

Accedió el amante Júpiter, y Semele, hija de Cadmo, murió abrasada por el rayo del dios tonante, naciendo en ese preciso momento Baco.

Al recién nacido lo salvó Mercurio.

Según otra versión, se lo guardó Júpiter en un muslo hasta hallarse el niño en disposición de ver la luz. Era, entre los griegos, no sólo el dios de la Vid y del Vino, sino el dios de la. Producción y de la Vegetación, el vivificador de la Naturaleza y el fertilizador de la tierra. alegría y la gracia en el vivir.

y:-de los coros de la tragedia de pides Las bacantes exalta sus cara, terca morales: «Es el dios de los pi, seres y de los optimismos ; él reina en medio de los festines, entre lar coronas de flores ; él ama las danzas joviales al son del caramillo ; hace surgir las risas regocijadas, transformándolas en carcajadas, y disipa los negros pesimismos ; su néctar, al verterse sobre la mesa de los dioses, aumenta la felicidad, y los mortales encuentran en su copa el sueño placentero y el olvido de las penas.» Cuando los gigantes escalaron el cielo, Baco, tomando forma de león, luchó contra ellos con tanto éxito como bravura. Júpiter le excitaba a la lucha, gritándole: Evohé! Evohé! ¡Valor, hijo mío, valor! Llegado a la mayor edad. Baco emprendió la conquista de la India. Formaron ejército hombres y mujeres que no tenían otras armas sino tirsos, címbalos y tambores. Pan, Sileno, los sátiros, los coribantes y Aristeo, que inventó la miel, formaban su séquito.

La conquista no costó ni una gota de sangre.

Los pueblos se sometían gozosamente a un conquistador tan humano que les daba leyes sabias justas, les enseñaba el arte de cultivar los campos y los iniciaba en elaboración del vino.

Baco luchó también contra las Amazonas cuando éstas intentaron apoderarse de Éfeso; y con los pobladores de Kios, que atacaban a Esmirna; y contra los piratas tirrenos, que asolaban las costas e islas de Grecia. A sus adoradores les concedía una gran robustez física y la tranquilidad de espíritu; de aquí su nombre de Lyaos (libre de cuidados). Y a pesar de su natural benevolencia, castigó sin reparo a todos aquellos que se negaron a reconocerle por dios o que se mostraron ingratos a sus beneficios. Las Mineidas y Licurgo experimentaron los fatales efectos de su ira. A Baco se le representa con la figura de un joven imberbe, fresco, mofletudo, fuerte, simpático, coronado de hiedra o de pámpanos, llevando un tirso en la mano, o bien un racimo de uvas o una copa; una piel de tigre le sirve de vestido.

A veces aparece descansando a la sombra de una parra; a veces, sobre un tonel; en ocasiones, montado en un carro tirado por tigres y leones; y muy a menudo provisto de cuernos, como símbolo de fuerza y poder.

Los griegos le inmolaban la urraca, porque el vino produce indiscreción y, sobre todo, porque este animalucho destruye los botones de la vid. La hiedra era su planta favorita, por creerse que tenía la virtud de impedir la borrachera o de aminorar los efectos de este vicio.

Los seis nombres principales aplicados por griegos y romanos a Baco son: Dionisios, palabra de origen muy discutido; Liber o libre, porque el vino, alegrando el espíritu del hombre, le libra momentáneamente de toda preocupación y le da cierta libertad de palabras y acciones; Evius, nombre sacado de la exclamación Evohé!, que empleara su padre Júpiter para animarle en su lucha contra los gigantes que escalaron el Olimpo; Iacchus, que proviene de un verbo griego que significa gritar, porque así se quería indicar el clamor de los borrachos y el estruendo de las tabernas ; Thyoné, del nombre de Thyoné que llevó su madre, Semele, y Leneus, es decir, dios de los lagares, por ser el inventor de ellos. Una tradición afirma que al volver Baco a Grecia, después de conquistar la India, se desposó con Ariadna, hija del sabio Minos, rey de Creta, sin importarle que Ariadna hubiera sido abandonada por Teseo en la isla de Naxos. A Baco le estaban dedicados, entre los animales: el toro, el asno (que le sirvió de montura), la cabra, la pantera, el cerdo, la liebre, el delfín, el jabalí, la abeja, la serpiente, la zorra y el perro ; entre los vegetales: la hiedra, la mana, el mirto, el pino y, sobre todo, la piña, que remataba el tirso del dios y los de sus bacantes; entre los atributos artificiales: el ánfora, la crátera u odre, que contenían los vinos; la bippena o hacha doble, las antorchas, los cálices, los címbalos, el tímpano y las máscaras (cómicas, trágicas y satíricas). En la famosa copa de los Tolomeos aparece Baco con las máscaras, por lo que se le atribuyó el ser dios del Teatro y su fundador.

El culto de Baco tuvo su origen en la Tracia ; en seguida se extendió al Helicón, al Parnaso, a Tebas, Naxos, la Grecia entera, Asia Menor e Italia. Las fiestas se llamaban orgías o bacanales, y las mujeres que tomaban parte en ellas recibían el nombre de bacantes, ménades, tíades y basárides. Un rito principal de estas fiestas consistía en vestirse con pieles de machos cabríos, tigres y otros animales, ya domésticos, ya salvajes. Los que en ellas tomaban parte se pintarrajeaban con sangre, con heces de vino tinto o con jugos de moras. Disfrazábanse como si se hubiera tratado de celebrar una mascarada; corrían de acá para allá, gritando estentóreamente, como si estuvieran frenéticos, y rivalizando en el escándalo y en la locura. Baco fue adorado también en la Península Ibérica, sobre todo por los iberos y los celtas, confundido con el Dionisio griego.

En las Bellas Artes, Baco está representado con dos distintos tipos: el Baco viril y barbudo (Pogonites, Catapogón) y el Baco eternamente joven a quien Ovidio invoca, diciendo: Tu puer aeternus, tu formossimus alto . Los artistas más famosos se inspiraron en Baco y en su culto para obras maravillosas. Así Rafael, Poussin, Ticiano, Rubens, Guido Reni, Velázquez, Fenollo, Miguel Ángel, Sansovino, Ribera...