TUMBAS REALES

Hasta el siglo IX d.C. las tumbas sagradas de los reyes del Tíbet se construyeron en el valle de Yar-lung y estaban constantemente vigiladas. A los guardianes y asistentes que moraban en el interior de estas tumbas reales no se les permitía ver a nadie del mundo exterior, y todos los animales que penetraban en los recintos sagrados se convertían en prohibidos.

En el curso de las festividades anuales dedicadas a los reyes anteriores, los guardianes permanecían escondidos hasta que se fueran los huéspedes reales y los sacerdotes chamánicos. Sólo entonces podían surgir de la penumbra y compartir la comida y la bebida lujosamente presentadas.

El arte tibetano tradicional representa a dioses y deidades de manera muy llamativa, pudiéndose encontrar algunas de ellas en las tumbas reales.