LA SEPARACIÓN DEL CIELO Y LA TIERRA

El mito de la separación del cielo y la tierra pertenece a la categoría de los mitos de creación, de los que hay cinco relatos cosmogónicos. La versión más antigua habla de un dios del cielo monstruosamente deformado, llamado Zhuan Xu, que preside sobre el eje del cielo y ordena a sus dos nietos, Chong y Li, que mantengan siempre alzado el cielo y la tierra presionada hacia abajo para conservar ambos elementos separados. Si esta separación no se mantuviera, el cosmos volvería a un estado de caos.

Una versión muy posterior de este mito, seguramente llegada del Tíbet en el siglo III d.C., relata que en el inicio del tiempo, la materia primigenia era como un huevo de gallina. Al cabo de 18.000 años, esta materia se separó, el cielo y la tierra se abrieron, la materia etérea (yang) subió para formar el cielo y la pesada (yin) cayó para formar la tierra. Entre estos dos elementos nació el primer ser humano semidivino, Pan Gu, que pasó por nueve metamorfosis, siendo tan divino e inteligente como el cielo y la tierra. Los tres alcanzaron su desarrollo máximo 18.000 años más tarde, y formaron la trinidad de cielo, tierra y humanidad. Después aparecieron tres soberanos (gobernantes primigenios cuyos nombres divinos varían).

Este mito relata la creación de los números, el establecimiento de la distancia cósmica, creando la base de las matemáticas y determinando la distancia entre cielo y tierra en 100.000 km.

Esta segunda versión se convirtió en el mito ortodoxo de creación en la mitología tradicional.