Mongolia fue convertida al budismo tibetano en dos ocasiones. En el siglo XIII Kublai Kan, nieto del gran Gengis Kan, junto con miembros de su corte, adoptó esta religión al convertirse en el gobernante de un imperio que se extendía desde China hasta las puertas de Europa. Trescientos años más tarde prácticamente la totalidad de la población de Mongolia se convirtió al adoptar Altan Kan esta religión. Fue Altan Kan quien otorgó a su sacerdote el título mongol de "Dalai Lama", de manera que en lo sucesivo se le conoció en todo el mundo en sus siguientes encarnaciones.
Desde la introducción del budismo en Mongolia durante este periodo, los antiguos ritos chamánicos fueron devaluándose y perdiéndose. Por ejemplo, la figura budista mongólica del "viejo hombre blanco" es todo lo que queda de la otrora orgullosa divinidad chamánica que gobernaba paternalmente las 99 regiones del cielo. Se cuenta que fue convertido durante una reunión con Buda y que en la actualidad actúa como asistente del clero y ayudante en el camino budista.