EL REGALO DEL REY

El rey Khri Srong-Ide'u-btsan ofreció en honor de su gurú a su esposa más joven, la princesa Ye-shes mTsho-rgyal, para que actuase como consorte divina en los ritos esotéricos.

La princesa se quedó con Padmasambhava mientras éste estuvo en el Tíbet y se encargó de transmitir sus doctrinas más importantes, así como de que se guardaran «los tesoros ocultos» (gter-ma), instrucciones religiosas que habrían de revelarse en el futuro, cuando el mundo necesitara una revelación nueva, sin corromper.