Emma Goldman

Nació:en Kaunas, Lituania, el 27 de junio de 1869. Falleció: en Toronto, Canadá, el 14 de mayo de 1940.

Emma Goldman fue una anarquista de origen judío, conocida por sus conferencias y artículos sobre ideas libertarias y feministas.

Toda revolución importante del siglo XX la tuvo cerca: el levantamiento de Kronstadt durante la Revolución Rusa; Estados Unidos cuando el gobierno ejecutó a los Mártires de Chicago; la Guerra Civil Española. Sus influencias pueden encontrarse tanto en Bakunin como en Thoreau, en Nietzsche como en Wollstonecraft. Fue activista de la libertad, del ateísmo, de la prensa libre, del derecho a la sexualidad -defendió el derecho de gays tempranamente-; y fue una escritora prolífica.

Llegó a Estados Unidos a los quince años de edad. Una vez en Rochester comenzó a trabajar de costurera, fue testigo de la agitación política y de las consecuencias de Hymarket con el ajusticiamiento de los Mártires de Chicago. Se reconoció en la filosofía política antiautoritaria del anarquismo y se unió al movimiento a los 20 años. Se mudó a Nueva York, donde conoció a Alexander Berkman y se convirtió en pilar del movimiento.

Tomó contacto con Johann Most, director de la publicación Freiheit, y tras un breve período de buenas relaciones, todo cambió (tiempo después ella le dará un latigazo en público). Goldman comenzó a colaborar con Die Autonomie. Apoyó el intento de asesinato de Berkman -ahora su pareja- al industrial Henry Clay Frick, «el hombre más odiado de América» por su trato hacia los trabajadores. Berkman fue encarcelado y sucedió lo mismo con Emma en 1893. Había agitado a los obreros desempleados diciendo: «Pidan trabajo, si no les dan trabajo, pidan pan, si no les dan pan ni trabajo, tomen el pan». Los medios liberales la llamaron «la Juana de Arco moderna», a pesar de eso el jurado la condenó a un año de prisión.

Allí comenzó a estudiar medicina. Una multitud la esperó a la salida. Fue arrestada -injustamente- en 1901 por complotar para el asesinato del Presidente William McKinley. Luego de que ejecutaran al autor del disparo, Czolgosz, Emma se alejó del activismo por unos años, apenada por la vida y separada de su compañero preso y se dedicó a la enfermería. Fundó en 1906 la revista Madre Tierra que se convirtió en un lugar de encuentro entre militantes radicales y escritores librepensadores. Allí además tradujo a pensadores como Pierre-Joseph Proudhon, Piotr Kropotkin, Friedrich Nietzsche y Mary Wollstonecraft.

Goldman escribió con frecuencia sobre anarquismo, cuestiones obreras, ateísmo, sexualidad y feminismo. Le interesa la obstetricia y en 1916 fue nuevamente encarcelada por repartir panfletos a favor del control de la natalidad por las mujeres.

Edgar Hoover la llamó «La mujer más peligrosa de América». En 1917 fue encarcelada junto con Alexander Berkman por conspirar contra la ley de servicio militar obligatorio en los Estados Unidos. Habló en contra de la I Guerra Mundial. Dos años después fue deportada a Rusia. Residió allá con su compañero hasta 1922 y participó de la sublevación anarquista de Kronstadt. La represión política y la sangre derramada en la Revolución Rusa hicieron que las ideas sobre la violencia cambiaran en Goldman. De la estepa pasaron a Canadá, donde se instalaron definitivamente. En 1936, ya muerto Berkman -o Sasha como ella lo llamaba-, viajó a España durante la Guerra Civil Española para sumarse a la Revolución Social llevada adelante por los anarquistas. Volvió a Canadá en 1939, donde murió un año después. Está enterrada en Chicago.

Sus escritos

De formación autodidacta, Emma escribió miles de artículos que aparecieron en distintas revistas de Estados Unidos y Europa. Publicó seis libros: Anarchism and Other Essays (1910); The Social Significance of the Modern Drama (1914); My Disillusionment in Russia (1923); My Further Disillusionment in Russia (1924); Living My Life (1931, autobiografía); y Voltairine de Cleyre (1932).