Alicia Moreau de Justo

Nació: en Londres, Inglaterra, el 11 de octubre de 1885. Falleció: en Buenos Aires, Argentina, el 12 de mayo de 1986.

Alicia Moreau de Justo fue una médica y política argentina, defensora de los derechos de las mujeres y miembro destacada del Partido Socialista.

Entregó su larga vida a la lucha por la emancipación de las clases desfavorecidas. Les hablaba a los obreros como madre y como esposa. El feminismo y el movimiento por el sufragio igualitario la tuvieron en sus filas. Con noventa años fue una de las fundadoras de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos en la etapa más oscura de la Argentina. Acompañó a las Madres de Plaza de Mayo y fue una de las encargadas en recibir a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA.

Su padre, un librepensador y republicano que había participado de la Comuna de París en 1871, emigró a la Argentina junto con su mujer, María Denanpont. Alicia ingresó en la Facultad de Ciencias Médicas pensando que primero había que combatir el dolor de las personas. Esta convicción hizo que se diera cuenta de otra realidad durante sus prácticas en el Hospital de Clínicas: la mayoría de los problemas que veía tenían un origen social. Las condiciones de vida de los trabajadores y sus familias traían enfermedades de la pobreza como desnutrición, tuberculosis, sífilis, alcoholismo. Entendió que la terapéutica tenía que ser acompañada de una política activa.

Su carrera de médica en la universidad duró de 1907 a 1914, cuando egresó con honores. Al mismo tiempo ya había iniciado su militancia dentro de las filas del socialismo. La forma de producción capitalista era la razón de la miseria que veía, la explotación del hombre por el hombre. Su primera lectura marxista fue La situación de los trabajadores en Inglaterra, de Federico Engels.

Asistió en 1906 al Congreso de Librepensamiento donde presentó la conferencia «La Educación». También tuvo influencias anarquistas a través de la española Belén de Sárraga y la lectura de Kropotkine. Aun así se Sintió más identificada por los autores Carlos Marx y Federico Engels como vía de cambio social. Su vínculo con el movimiento obrero tuvo como lugares privilegiados los barrios porteños de La Boca y Barracas, y dos puntos de reunión en la «Sociedad Luz» y en el «Ateneo Popular». En 1908 el núcleo marxista del que formaba parte con importantes figuras como Enrique Del Valle Iberlucea, comenzó a editar la Revista Socialista Internacional, que luego se llamará Humanidad Nueva.

Fue pionera del feminismo argentino participando en la creación del primer Centro Feminista y del Comité Pro-Sufragio Femenino, en 1907. Estuvo junto a mujeres importantes como Elvira Rawson de Dellepiane y Julieta Lanteri. En 1919 participó de la creación de la Unión Feminista Nacional. La Revolución Rusa la llenó de esperanzas pero fue una de las voces críticas del estalinismo. La I Guerra Mundial la encontró trabajando por la paz: inspirada en Jean Jaurés. Reconoció que un factor importante que dejaba la contienda era la incorporación de las mujeres en la vida pública y el trabajo, y el voto femenino en Inglaterra.

Su labor en el Partido Socialista fue importante, fue miembro del Comité Ejecutivo y directora del diario La Vanguardia, mientras continuaba dando conferencias. Publicó varios libros y ensayos: La mujer en la democracia (1944) y El socialismo según Juan B. Justo (1946), entre otros. Casada con el médico Juan B. Justo, fundador del Partido Socialisto, tuvieron tres hijos: Juan, Luis y Alicia Justo. Murió siendo muy anciana y una prócer viviente a los cien años.

Las armas

«Las armas del proletariado en la lucha por su emancipación son su conciencia de la dignidad y del valor social de cada individuo, la organización sindical y política, la unión nacional e internacional de esos organismos y el conocimiento cada vez más claro del inmenso valor de su función productora y económica, de la fuerza que proviene de su masa y de su irrupción en el sistema de gobierno, antes reservado a minorías».