OFRENDAS Y SACRIFICIOS

Tanto el mar como las montañas se consideran sagrados y, en muchos lugares, la gente sólo se siente a gusto si conoce su posición en relación con las montañas y el mar. La importancia del mar ha dado lugar a muchos mitos sobre viajes oceánicos, princesas de islas lejanas, peces mágicos y monstruos temibles. Las barcas suelen decorarse con ojos pintados que protegen a los marineros de los monstruos marinos que acechan en las profundidades. Estos monstruos, o makara, también adornan entradas de templos, donde se cree que evitan el mal. En muchos lugares se realizan ofrendas al dios del mar antes de que zarpen las barcas y tras su feliz regreso.

El ritual de los sacrificios humanos es un legado común en el Sudeste Asiático y también es familiar la idea de un dios o ser divino que derrama su sangre por la humanidad. En algunas zonas existía la costumbre de cortar cabezas, incluso en el siglo XX. Se creía que la fuerza vital, ubicada en la cabeza, aumentaba el acopio de fertilidad en la comunidad del cazador de cabezas. Para mayor protección y poder, las cabezas se colocaban en los tejados de las casas del clan, encima de las puertas o a la entrada del poblado. En la isla de Sumba, unos árboles adornados con cabezas humanas guardaban la entrada del pueblo y el motivo "árbol de calaveras" aún aparece en tejidos sumbaneses.