TANGÚN, EMPERADOR DEL SÁNDALO

En Corea cuentan que en los orígenes, Hwanin, dios creador y rey de los cielos, vivía en el cielo con su hijo Hwangung. Este fue enviado a la Tierra con tres mil compañeros para ser el rey del monte coreano que ocupó. Reinó en armonía, apoyado por tres ministros: el del Viento, el de la Lluvia y el de las Nubes.

En cierta ocasión, un oso y un tigre expresaron al rey Hwanung su deseo de convertirse en hombres. Este estuvo conforme, pero para ello tenían que superar algunas pruebas: comer cien dientes de ajo y un racimo de yerbas, además de tener que vivir retirados en cuevas durante cien días y alejados de la luz solar. Les dijo que si cumplían fielmente sus indicaciones se convertirían en seres humanos.

El tigre, por su naturaleza salvaje, salió de la cueva antes de lo recomendado pues estaba muerto de hambre. El oso, símbolo de resistencia, esperó pacientemente y pasados los cien días de encierro salió convertido en mujer y su primer deseo fue tener un hijo.

Xwanunug decidió casarse con ella concibiendo un hijo tan solo por la unión de sus alientos. Al poco tiempo nació Tangún, el emperador del Sándalo, primer emperador coreano.