EL SER SUPREMO

Para los pueblos siberianos el ser supremo es distante y se desentiende con frecuencia de los asuntos humanos, intercediendo solamente cuando la enfermedad o los espíritus malignos ponen en peligro la vida humana. En el pasado mitológico las relaciones entre el ser supremo y las personas eran cercanas y los chamanes subían regularmente a los cielos para comunicarse con el ser supremo. Es un tema común de la mitología siberiana que la transgresión de los hombres ofenda al ser supremo, quien entonces se los lleva a los cielos. El mundo humano depende de la influencia y los actos de los espíritus de sus antepasados, de los animales y de los fenómenos naturales. Según algunos mitos el ser supremo envió al primer chamán para que protegiera a las personas del hambre, las enfermedades y los espíritus malignos.