RATÓN ALMIZCLERO, EL BUCEADOR DE LA TIERRA

Diversos pueblos atribuyen a] ratón almizclero el papel de buceador de la tierra. El siguiente relato de los indios castores pone de manifiesto la fluidez de la tradición oral, que se contrapone con las versiones «pulidas» para los lectores no indios, como demuestra la narración iroquesa que se refiere más adelante. La narrativa de los castores fue contada en 1968 por Peter Cliepesia, de la reserva Prophet River, en la Columbia Británica. Dios pidió a Castor que se sumergiese en busca de barro y, como fracasó, apeló a Ratón Almizclero.«Ratón Almizclero se zambulle y permanece abajo mucho tiempo, ya se sabe. Alcanza una gran profundidad. No creo que llegara inmediatamente al fondo porque tardó muchísimo. Arriba lo esperaban.

Finalmente Ratón Almizclero regresó con un puñado de barro en la pata. Retornó y al salir se lo dio a Dios... por lo que incluso ahora algunos dicen que Ratón Almizclero hizo el mundo. Así fue como se creó.»

Según el relato iroqués del buceador de la tierra, antaño no había tierra, sino un mar infinito. Los humanos vivían en el mundo celestial situado encima de éste, donde se alzaba un gran árbol sagrado. La esposa del jefe del cielo soñó que el árbol se desarraigaba, por lo que el jefe lo arrancó y abrió un agujero donde habían estado las raíces.

La mujer cayó por el agujero y llegó al mundo de abajo. Dos cisnes la atraparon, pero no encontraron donde depositarla. Varias aves y animales se turnaron para recoger barro del fondo del mar, pero fracasaron. Entonces lo intentó el ratón almizclero y al retornar medio muerto a la superficie llevaba un poquitín de barro en la pata. La tortuga cargó el barro en su caparazón y el suelo creció hasta formar un mundo nuevo, en el que los cisnes depositaron delicadamente a la mujer celestial.