PEQUEÑA ESTRELLA

Una mañana temprano, cuando el Sol salió de su cama, su hermoso hijo, Estrella Matutina, le dijo: "Me he enamorado de una muchacha de la tribu blackfoot (pies negros) y la quiero como esposa".A pesar de las advertencias de su padre, Estrella Matutina pintó su cuerpo de bronce, colocó en su cabello una pluma de águila, se puso su manto escarlata y sus mocasines negro brillante y se presentó delante de la mujer amada.

Ella se enamoró al instante y aceptó ser su esposa, dejando su casa en las llanuras y volando hacia los cielos. El Sol le advirtió que no debía mirar nunca hacia abajo, hacia su casa en la tierra, y ella le dio su palabra.

Al cabo de un tiempo nació su hijo, Pequeña Estrella. Un día, mientras ella estaba sentada en el tipi de su suegra, la Luna, le preguntó por qué la gran marmita de hierro que estaba en el centro siempre hervía sin fuego.-Tiene una fuente de calor, le dijo la Luna.-Pero escucha bien: nunca debes mover la olla. Si lo haces, te ocurrirán grandes desgracias.

Al mediodía, cuando la Luna estaba dormida, la muchacha no pudo refrenar su curiosidad. Se acercó a la marmita y la puso a un lado. Para su sorpresa, pudo mirar a través del agujero que había bajo ella. Y allí estaba su antigua casa, la pradera verde, el sauce en flor y la rosa canina. Y sintió nostalgia y deseos de volver a ver a su gente.

Cuando el padre de Estrella Matutina, el Sol, supo de su desobediencia, le ordenó regresar a la tierra con su hijo. "No volverás a ver a tu esposo", le dijo. "Este será tu castigo por haber desobedecido".

La muchacha y su hijo fueron envueltos en una piel de caribú y bajados con una correa de cuero a través del agujero bajo la marmita de hierro. No obstante, antes de llegar a la tierra, el pequeño sacó su cabeza de la piel y la correa le hizo un corte en un lado de la cara. La tribu lo conocería después con el nombre de Poia, Cara Desfigurada.

Se convirtió en un chico feo y malhumorado, y un día decidió volver con su padre para que le quitara la cicatriz. Tras muchas lunas, llegó a una costa rocosa y vio un sendero de luz que se extendía frente a él y que atravesaba las aguas para llegar al cielo.

Cuando llegó hasta su padre, éste le borró la cicatriz; volvió a la tierra y se casó con la hija del jefe, a la que amaba.

Esta es la historia de la tribu blackfoot, de las llanuras Alberto de Canadá.