GLOOSKAP Y MALSUM

Indios algonquianos

Glooskap, el Mentiroso, era elogiado por su astucia, virtud muy apreciada por las tribus. Tenía un hermano gemelo, Malsum, el Lobo, que era su opuesto y que representaba todo lo malo.

Malsum preguntó a Glooskap cómo podía perecer, y el hermano mayor, para probar su sinceridad, dijo que la única forma de quitar le la vida era con el tacto de la pluma de un búho. Malsum a su vez confió a Glooskap que sólo podría perecer con el golpe de la raíz de un helecho.

El malévolo Lobo, cogiendo su arco, cazó un búho y, mientras su hermano dormía, lo rozó con la pluma que había cogido del ala. Glooskap murió inmediatamente pero resucitó al poco tiempo. Pero Malsum estaba decidido a acabar con su hermano y destruirlo en la primera ocasión que se le presentara.

Glooskap se encaminó hacia el bosque y, sentándose cerca de un arroyo, murmuró que sólo un junco floreciente podría matarle. Lo dijo porque sabía que el castor estaba escondido entre los juncos y oiría todo para luego decírselo a Malsum. El castor le contó lo que consideraba el secreto de su hermano. El malvado Malsum se alegró tanto que prometió al castor darle lo que quisiera, pero cuando le pidió tener las alas de una paloma Malsum se rió de él. El castor se enfadó y acudió a Glooskap, a quien le contó todo lo sucedido.

Glooskap excavó la raíz de un helecho, y, precipitándose en las profundidades del bosque, buscó a su hermano y, golpeándole con la planta letal, lo mató.