EL TREN

Los americanos de origen europeo consideraron el ferrocarril un gran adelanto. Como sucedió tantas veces, lo que el hombre blanco aclamó como un progreso no fue más que otro golpe para el estilo tradicional de vida de los aborígenes.

Aunque muchas tribus indias rechazaron la llegada del «caballo de hierro» a sus tierras, en 1891 cuatro líneas ferroviarias cruzaban Estados Unidos y una quinta, la Canadian Pacific, atravesaba Canadá.

Para los indios de las llanuras -cuyo sustento se basaba en la carne, la piel, los huesos y los tendones de los bisontes-, la influencia del ferrocarril fue arrasadora porque la cacería de bisontes desde los trenes se convirtió en entretenimiento de los viajeros.

Entre 1869 -año en que se unieron los ferrocarriles Union y Central Pacific- y 1890, los cazadores que viajaban en tren redujeron la población de bisontes de seis millones a apenas un millar.