EL TRÁFICO DE PIELES

Cuando en 1615 Samuel de Champlain convivió con los hurones, el explorador vio que las mujeres molían maíz y lo trocaban con sus vecinos, los algonquinos, por pieles y otros productos del bosque.

De Champlain y diversos comerciantes también querían pieles, pero no en las pequeñas cantidades del trueque intertribal. A cambio ofrecieron armas, cuchillos, hervidores, paños, bebidas alcohólicas y otras mercancías. Algunos artículos llevados por los europeos influyeron negativamente en la cultura autóctona, exageraron la importancia de la caza y destruyeron las manufacturas tradicionales. El alcohol devastó la vida tribal.

En 1635 los castores prácticamente estaban extinguidos en el territorio de los hurones, por lo que estos indios consiguieron pieles a través de los nipissingy los ottawas. Los iroqueses eran traficantes de pieles y compitieron con los hurones cuando estos agotaron sus recursos. En 1649 atacaron a los hurones y se hicieron con el tráfico de pieles.A mediados del siglo XIX, el sombrero de piel de castor dejó de estar de moda en Europa y la demanda de este producto cayó en picado. Sin embargo, en los bosques del noreste quedaban ya pocos animales de pelaje.