CHAMANES Y SANADORES

Sólo el chamán tiene el poder de comunicarse con los dioses o espíritus, de mediar entre ellos y los mortales ordinarios, de hablar con las almas de los muertos de parte de los vivos. El chamán suele ser un personaje extraordinario, tanto en su aspecto físico como en sus capacidades de interpretación. Puede ser místico, poeta, sabio, sanador de enfermos, guardián de la tribu y depositario de historias.

Para convertirse en chamán, la persona tiene que "recibir la llamada", vivir una experiencia religiosa y ser iniciado en los misterios correspondientes. Mediante la muerte simbólica y la resurrección adquiere un nueva forma de ser, su esquema físico y mental experimenta un cambio completo. Durante este periodo de iniciación, el novicio ve los espíritus del universo y abandona su cuerpo como un espíritu, deambula por los cielos y por el infra-mundo. Allí le serán presentados los diferentes espíritus y aprenderá a cuál de ellos dirigirse en futuros trances.

Los que no poseen toda la serie de atributos chámanicos se convierten sólo en "sanadores o curanderos". Como se creía que la enfermedad estaba causada por un espíritu maligno que había entrado en el cuerpo de la víctima, el chamán puede sacarlo y curar al paciente. Esto lo hace en un ritual especial, tocando su tambor, balanceándose y cantando, aumentando poco a poco el sonido e intercalándolo con suspiros largos, gemidos y risas histéricas.