Mesoamérica es el término usado para describir esa parte de América Central cuyos habitantes compartieron rasgos culturales importantes desde el año 1000 a.C. hasta la conquista española en 1519-1521. Comprende la mayor parte del México moderno, Guatemala y Belice, así como partes de Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica. Durante casi 3.000 años, diversas civilizaciones florecieron en sus paisajes tan repletos de contrastes, de los áridos altiplanos a las selvas lluviosas tropicales.
A pesar de las diferencias subyacentes en la lengua, política y estilos artísticos, los pueblos de Mesoamérica mostraron una unidad sorprendente en sus creencias religiosas y mitologías, en el uso de la escritura jeroglífica, en el calendario sagrado de 260 días y en el juego de pelota.
La mezcla típica mesoamericana de agricultura, vida en asentamientos comunales y ritual religioso apareció hacia el 2000 a.C. Hacia 1200 a.C, los olmecas crearon la primera civilización de la zona, introduciendo un panteón de dioses medio humanos medio animales, una arquitectura monumental y sacrificios humanos.
Junto con la construcción de pirámides, el comercio de productos exóticos, el culto a los antepasados y el estatus divino de los gobernantes dinásticos, estas ideas y prácticas fueron emuladas por todas las culturas posteriores de Mesoamérica.