La batalla épica entre Huitzilopochtli y su hermana Coyolxauhqui en Coatepetl, cerca de Tula, es un ejemplo de la historia mítica de los mexicas. Es el hecho preparatorio a la entrada de los mexicas en el valle de México. Suele ser interpretado simbólicamente como la victoria de Huitzilopochtli, dios solar, sobre las fuerzas de la noche, personificadas en su hermana la diosa de la luna y las 400 estrellas.
Esta batalla cósmica preparó el universo para el quinto "Sol", la era de los mexicas. El mito es importante por varios motivos. Coatepetl es un lugar de renacimiento y renovación para Huitzilopochtli, el lugar donde el mundo es hecho de nuevo. Lo que allí sucedió pudo haber servido para restablecer su autoridad sobre la gente.
El nombre de su madre, Coatlicue, significa "la de la falda de serpientes", un nombre ritual aplicado a la tierra sagrada. Las "cuatrocientas" estrellas que ayudaron a Coyolxauqui significan en realidad "innumerables" en el antiguo pensamiento mexicano. El desmembramiento de la diosa de la luna indica sacrificio humano en general, y femenino en particular, y la naturaleza guerrera de Huitzilopochtli es una justificación sagrada de las aspiraciones imperiales de los mexicas y de la imposición de tributo sobre los pueblos conquistados.