LA NATURALEZA DEL MITO MESOAMERICANO

En toda Mesoamérica, los mitos individuales y los grupos de mitos relacionados servían para integrar y dar sentido a los mundos político, espiritual y natural de sus creadores. Para ello, situaron su sociedad en el centro del universo y dotaron de una legitimidad sagrada a la jerarquía social y a las actividades de la élite.

Las ideologías de los reyes dinásticos mayas o de los emperadores aztecas se presentaban en términos míticos, al igual que la voluntad de los jefes divinos que eran uno con el mundo sobrenatural.

En la cosmología mesoamericana, los límites espirituales entre vida y muerte eran borrosos, y los humanos, animales, antepasados y dioses podían mezclarse en forma espiritual y cambiar su aspecto externo. El tiempo mismo era cíclico y los hechos se iban repitiendo según patrones establecidos en las épocas míticas.

Los nacimientos, las muertes, los matrimonios, la guerra y el sacrificio no pertenecían tan sólo al mundo físico, sino que representaban hechos importantes pertenecientes al mito. Esto explica la obsesión por el tiempo y los calendarios sagrados y profanos que lo medían y predecían el futuro. A un nivel cotidiano, los mitos ilustran las ideas de la vida y de la muerte, de la fertilidad de los hombres, animales y plantas, y la unidad fundamental de la vida.