RAMAYANA COMO ALEGORÍA

El Ramayana o "viaje de Rama" narra la expulsión de Rama de su reino y su combate contra las fuerzas del mal para salvar a la diosa Sita. El viaje humano del divino Rama es una alegoría del viaje que todas las almas han de hacer, en el que cada uno de nosotros tiene que padecer su propia aniquilación, su propia pérdida, tiene que enfrentarse a sus propios demonios y finalmente a su propia esperanza para hallar la redención. De modo que oír o presenciar los combates de Rama es descansar de nuestras propias vidas en un contexto divino.

La leyenda del Ramayana es interpretada por algunos como una alegoría del encuentro entre las culturas aria y dravídica. Los arios civilizadores, representados por Rama y por el reino de Ayodhya, se encuentran con los indígenas dravídicos, representados por Ravana y por el reino de Lanka. Esta interpretación histórica es parcial, pues los temas del Ramayana son mucho más profundos y se remontan hasta la lucha perpetua entre el bien y el mal. De todos modos Ravana, considerado demoníaco por los adoradores de Vishnu, aún es venerado como un héroe en algunas partes del sur de la India. Esta ambigüedad entre lo bueno y lo malo reaparece en el mito indio, en que las dualidades de este mundo se presentan como la actuación o lila de lo divino.