MOGOLES

El primero y el último de los grandes emperadores mogoles de India, Babur y Aurangzeb, fueron poetas. Aunque las primeras incursiones islámicas en India estuvieron marcadas por la violencia y la destrucción, los emperadores mogoles que gobernaron desde 1526 hasta 1707 fueron en general tolerantes con las religiones indígenas. Su extravagancia y poder se reflejaron en el esplendor del arte y la arquitectura mogoles.

Los primeros musulmanes que llegaron a India fueron mercaderes árabes que fueron al Punjab y el Sind en el siglo VIII para comerciar con los reyes hindúes locales. A partir del siglo XII, los sultanes turcos y más tarde afganos enviaron expediciones de castigo contra el norte de India con una frecuencia casi anual. Hacia 1340, el sultanato de Delhi gobernaba veinticuatro provincias, entre las que estaban partes del Deccan y la costa de Malabar (en la actual Tamil Nadu y Kerala). Durante el siglo XV, las dinastías hindúes Vijayanagar y la norteña Rajput detuvieron la expansión islámica en India, hasta la llegada de Babur, el primer emperador mogol, en 1526. Mientras que el sultanato de Delhi había sido considerado como una serie de extranjeros que habían entrado en India para provecho propio, se suele decir que los seis grandes emperadores mogoles eran indios que además eran musulmanes. El periodo mogol contempló una fusión gradual del pensamiento, arte y arquitectura hindúes e islámicos. Akbar (1556-1605), que fue quizá el más grande de sus emperadores, tomó a la hija de un rey hindú como esposa, y los mogoles que le sucedieron tuvieron, por tanto, antepasados tanto hindúes como musulmanes. Los mogoles empleaban a generales hindúes, administradores, filósofos y artistas en sus cortes. Sus vastos programas de construcción sólo fueron posibles gracias a la colaboración total entre los mogoles y las dinastías hindúes locales, y las más espléndidas mezquitas y mausoleos las construyeron y tallaron artesanos tanto hindúes como persas. Mientras los templos hindúes simbolizaban el universo exterior con sus múltiples dioses, las mezquitas mogolas se construyeron para simbolizar a Alá, el «único dios verdadero». Alá tiene muchos nombres, pero no puede ser representado en imagen. En lugar de las pobladas imágenes de las deidades personificadas, las mezquitas mogolas son ligeras y etéreas, decoradas con dibujos geométricos abstractos.

Como el islam predica las ideas de inhumación y vida eterna (en lugar de la cremación y reencarnación hindúes), las tumbas de los emperadores se convirtieron en una importante forma de arquitectura india. Grandes mausoleos, como el Taj Mahal y la tumba de Akbar en Sikandra, están entre los más hermosos edificios de India.