LOS ARIOS

La llegada de guerreros arios a mediados del segundo milenio a. C. marcó una nueva fase en la cultura y creencias de India. A medida que sus carros se movían hacia el este, se encontraban sólo con desperdigadas comunidades de cazadores y granjeros, pues las antaño grandes ciudades de la civilización del valle del Indo se hallaban en ruinas. Los arios eran muy superiores en fuerza militar a sus oponentes y estaban llenos de una confianza procedente de un panteón de dioses gloriosos. Fue esa energía la que inspiró a los poetas o «videntes» que escribieron los Vedas, los poemas y liturgia compuestos a lo largo de 1.000 años de hegemonía aria. El lenguaje de esos textos sagrados era el sánscrito, una de las primeras lenguas indoeuropeas conocidas.

No se sabe con seguridad en qué lugar empezaron los arios su viaje, y poco se sabe también de sus primeros mil años en India. Podemos sólo especular acerca de las razones que les impulsaron a abandonar su tierra natal; quizá su migración desde las tierras herbáceas que se extienden desde el mar Caspio al Aral se iniciase a causa de la superpoblación, o por su súbito desplazamiento por parte de otras tribus pastoriles, deseosas de conseguir pastos adecuados para sus rebaños. Los arios eran nómadas, y sus antepasados habían cazado probablemente en las llanuras euroasiáticas durante muchos miles de anos.

No tenían hierro ni construían en piedra, y los arqueólogos tienen poco más que fragmentos de cerámica para formarse una idea de los primeros tiempos de la vida aria en India.

La era de la ocupación aria en India coincide con la composición de los Vedas, y suele conocerse como periodo védico. Aunque esos textos sagrados no dan descripciones claras de las comunidades arias, su panteón de dioses montados en carros, con el sol brillando tras ellos mientras vencen a los poderes de la oscuridad, se deriva claramente de una cultura guerrera, originalmente nómada. Sus principales deidades se asociaban con el sol más que con la luna, y sus mitologías. Lejos de ser fatalistas, engendraban promesas de libertad y victoria humana.